jueves, 17 de mayo de 2007

SATANÁS EN CONCIERTO

Mucho se ha hablado de la posible conexión entre rock and roll y satanismo moderno. El "se oye comentar a la gente del lugar que los rockeros no son buenos", como cantaba Barón Rojo, responde al rechazo de una parte de la sociedad ante lo que considera un producto infernal, por su estruendo y los excesos que produce en determinadas ocasiones. Claro que de ahí a afirmar la identificación efectiva entre ese tipo de música y los actos diabólicos va un largo trecho. Pero no se debe ignorar la influencia que han ejercido algunos grupos en su desviación hacia el satanismo.
El acto de presentación de rock satánico tiene lugar en 1968, con la aparición del "Devil's White Album": sus dos piezas "Revolution Number One" y "Revolution Number Nine" introducen a la industria discográfica los mensajes subliminales para transmitir el "evangelio de Satanás".
En la década de las setenta, Mick Jagger actúa como pontífice de la música satánica rock, después de consagrarse a Satanás en la "Hermetic Order of the Golden Dawn". Él mismo se considera como una encarnación de Lucifer, o al menos eso se deduce al escuchar las letras de los temas de los Rolling Stones "Sympaty for the devil", "To their satanic Majesties" o "Invocations of my demon".
Algunos grupos musicales han conseguido su éxito, en parte, gracias a textos claramente satánicos, a shows de índole ocultista y a conciertos músico-orgiásticos. Es el caso de Kiss (¿siglas de "Kings in Satan's Service"?), AC/DC, Black Sabbath... Algunos otros "monstruos'' del rock no han podido resistir la tentación de caer esporádicamente en estas redes: así ocurre con Pink Floyd, cuyo tema "Empty spaces", oído al revés, deja oír: "Acabas de descubrir el mensaje secreto del diablo. ¡Comunícate con el Viejo, enhorabuena!".
Led Zeppelin utiliza el mismo truco en su conocidísima "Stairway to heaven", para decir: "Quiero ir al reino, quiero ir al infierno, al oeste plano de la tierra, canto porque vivo con Satán".

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