jueves, 24 de mayo de 2007

El asesino en serie de Ipswich 'firmó' sus crímenes con las joyas de sus víctimas

El criminal desnudó con cuidado a las cinco prostitutas y las dejó sólo con sus anillos y collares.


El responsable de la muerte de cinco prostitutas en menos de seis semanas en la localidad británica de Ipswich firmó sus crímenes dejando sólo sus joyas sobre los cadáveres desnudos de sus víctimas.

Los investigadores creen que esta circunstancia refuerza la teoría de que el asesino (o los asesinos) tiene en su punto de mira a meretrices jóvenes, aunque el cerco al que le están sometiendo les hace temer que pueda atacar a otras mujeres.
Las fuentes citadas por el diario británico aseguran que el asesino desnudó con mucho cuidado los cuerpos de sus víctimas, dejándoles sólo los collares y anillos que llevaran. La rapidez con la que el asesino ha actuado hace confiar a los investigadores en que habrá cometido errores y habrá dejado pistas claves.
Anoche había llamado ya más de 4.000 personas para ofrecer pistas sobre la investigación. Además, la policía ha asignado a un centenar de agentes adicionales al caso, doblando así la plantilla con la que contaba hasta el momento. Los investigadores están siguiendo la pista o hablando con los clientes habituales de las prostitutas de la ciudad. El periódico sensacionalista News of the World ha ofrecido una recompensa de 250.000 libras (unos 375.000 euros) a quien aporte pistas que ayuden a capturar y procesar al asesino.
Ipswich, una localidad con 140.000 habitantes, vive bajo un clima de miedo y aprensión por los crímenes de quien se ha convertido en el asesino en serie más rápido de la historia criminal del país. Peter Sutcliffe, el Destripador de Yorkshire, mató a 13 mujeres a lo largo de cinco años. Jack el Destripador acabó con cinco prostitutas en Londres en el siglo XIX, pero tardó nueve semanas en cometer sus crímenes.
La policía no ha dado a conocer aún la causa de cuatro de las cinco muertes. Sólo se sabe que una de las mujeres fue estrangulada y se cree que ninguna tenía rasgos aparentes de abusos sexuales. Pudieron morir envenenadas o recibir una sobredosis de heroína. Aunque la policía ignora las fechas exactas de las muertes, se cree que el asesino ha podido guardar durante días los cuerpos de las dos mujeres que aparecieron primero.

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