lunes, 30 de abril de 2007

El asesino de la catana quedará en libertad


En Abril del 2000, en Santiago el Menor (Murcia) un joven de 16 años, José Rabadán, salió de su habitación con una Katana en la mano (espada japonesa), se acercó al dormitorio de sus padres, de un certero espadazo segó el cuello de su madre. Su padre se despertó e intentó defenderse a juzgar por los cortes que tenía en las manos, pero todo fue en vano, pues José le partió la cabeza con la Katana. Su hermana pequeña con síndrome de Down tampoco escapó de la masacre, y el frío acero de la espada acabó con su corta vida. Hasta entonces José Rabadán había sido un chico normal, aficionado a los videojuegos y a las artes marciales (La Katana con la que cometió los asesinatos era un regalo de su padre) El caso no habría trascendido más que otros crímenes, si no hubiese sido por el sensacionalismo de la prensa y televisión de la época, que aseguraba que José Rabadán había cometido los asesinatos influido por el personaje de un famoso videojuego del que era muy aficionado (el personaje también utilizaba una espada Katana) y del que incluso aseguraron que se parecía físicamente. José intentó huir a Barcelona con un amigo, donde le esperaba una chica que había conocido por Internet, pero fue detenido en la estación de tren de Alicante. La prensa aseguraba, que en el momento de ser llevado ante el Juez, José se mostraba tranquilo, sin ningún remordimiento aparente.
Sin embargo, después de seis años sin libertad, J. Rabadán saldrá libre en cuestión de días. Ascensión Martín, la que fuera hasta ayer titular del Juzgado de Menores de Murcia ha acordado, en una de sus últimas decisiones al frente de esta unidad judicial, sustituir los últimos meses de internado que le quedaban por cumplir al parricida por otra medida de libertad vigilada. A petición propia del acusado, que tiene en la actualidad 22 años, esta medida la cumplirá en Cantabria, en una especie de centro de acogida que gestiona una organización religiosa, dedicada entre otras actividades a facilitar la reinserción de presos en tercer grado. Consultada por la juez de menores, la Comunidad Autónoma no ha puesto pegas la puesta en libertad de Rabadán, conocido como el asesino de la catana. Los informes del equipo técnico tampoco han rechazado finalmente su marcha, aunque en un primer momento, al ser requeridos hace varios meses por la juez, sí se opusieron a la sustitución de la medida, al igual que hizo la Fiscalía.
Según fuentes cercanas al joven, en el auto dictado por el juzgado, a Rabadán se le perdona` el cumplimiento de al menos seis meses de privación de libertad. A cambio se le impone otra medida consistente en libertad vigilada durante ese mismo periodo. Tal medida irá seguida de otros cuatro años de libertad vigilada, tal y como quedó fijado en la sentencia dictada contra él en junio del año 2001. Esta decisión ha sido una de las últimas, si no la última, adoptada por la juez de menores, ya que ayer mismo cesó en su cargo para pasar a integrarse como magistrada en la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Murcia.
En el juicio por los asesinatos de los tres miembros de su familia, José Rabadán aceptó de conformidad la medida que se le impuso entonces, que consistía en ocho años de internamiento seguidos de otros dos de libertad vigilada. Sin embargo, en la misma sentencia se especificaban las limitaciones establecidas por la propia Ley de Responsabilidad Penal de los Menores, que obligaba a que sólo cumpliera un máximo de seis años en régimen de privación de libertad, sumándose los otros dos al periodo de libertad vigilada, que quedaba así en cuatro años. En la sentencia fue condenado como autor de tres delitos de asesinato, No obstante, se apreció que el joven sufría un trastorno mental relacionado con la epilepsia y que en el momento de los crímenes no era del todo consciente de sus actos. De ahí que se especificara que debía pasar los años de internamiento en régimen terapéutico. Efectivamente, durante los años que ha pasado internado, en el centro de reforma de Las Moreras, en El Palmar, ha estado tomando medicación contra la epilepsia. Sin embargo, prestigiosos neurólogos de todo el país pusieron en duda desde el principio el hecho de que pudiera sufrir estos trastornos mentales y rechazaron los dos informes médicos que los describían y en los que se basó el juzgado para poner la sentencia de conformidad entre la Fiscalía y la defensa del entonces menor.
Antes de que se dictara la sentencia firme, Rabadán había pasado ya nueve meses privado de libertad en la cárcel de Sangonera. Todavía no había entrado en vigor la Ley de Responsabilidad Penal de Menores y hasta entonces esta jurisdicción no afectaba a los mayores de 16 años. Cuando entró en vigor la nueva ley, que prohibía además que cualquier menor estuviese privado de libertad más de seis meses si no había sido juzgado, se tomó una decisión sorprendente. El autor confesó sus crímenes y salió en libertad, sin haber sido aún juzgado, en enero del año 2001. Esta situación duró solo unos días. La alarma social y la dificultad de sus propios abogados para gestionarle una estancia hicieron que pidiera voluntariamente su internamiento en el centro de La Zarza, en Fortuna. No obstante, los nueve meses que pasó antes en prisión sí se le conmutaron a la hora de dictar la sentencia. De este modo, Rabadán cumpliría los seis años de internamiento entre los próximos meses de agosto y septiembre, de no haber sido sustituida ahora la medida.

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