jueves, 26 de abril de 2007

ASESINOS EN ESPAÑA, EL CASO DE ANTONIO ANGLÉS

Su imagen es el rostro del mal. Su nombre provoca aún hoy miedo y dolor a partes iguales. En una España exultante por los Juegos Olímpicos de Barcelona y los vapores de la posmodernidad, Antonio Anglés Martins se convirtió en un mito, el nuevo hombre del saco, el asesino despiadado que torturó, violó y mató a tres niñas de Alcàsser la noche del 13 de noviembre de 1992. Sobre él se ha dicho casi de todo -casi siempre mentiras-. Reality shows en busca de audiencia, médicos forenses ávidos de publicidad y periodistas con hambre de gloria utilizaron el dolor de las familias de las niñas y construyeron el mito de un asesino legendario, con misteriosas conexiones con el poder: alguien que suministraba adolescentes para saciar los vicios de los degenerados de clase alta. La idea, a fuerza de repetirla, cuajó entre millones de españoles. Siempre era preferible pensar en un criminal diabólico con un gran coeficiente intelectual y con amigos influyentes. Resucitaba fantasmas de clase, ayudaba a mitigar el dolor y a explicar sus actos.
Pero lo cierto es que Anglés -lo sabían su madre y sus hermanos, pero también muchos de los que lo conocieron, los vecinos de Catarroja, los Servicios Sociales que investigaron durante años a su familia, sus compañeros de cárcel- es poco más que un delincuente de inteligencia limitada, aficionado, aficionado al sexo violento y a la comida vegetariana, al que han salvado su instinto de supervivencia, algunas casualidades, las indiscreciones de políticos y periodistas y, sobre todo, la burocracia. Y, entre él, su clega Miguel Ricart y probablemente un tercer hombre acabaron con las vidas de Míriam, Desiré y Toñi son motivos ni reparos. No hubo vídeos de sexo con menores, ni tramas organizadas, sólo tres chicas que querían divertirse un viernes por la tarde y unos delincuentes que las subieron a su coche. La realidad, la que consta en los informes secretos de la Policía y de la Guardia Civil que han seguido el rastro de Anglés durante todos estos años, es mucho más sencilla. Y, tal vez por eso, resultó tan cruel y tan difícil de asimilar.

1 comentario:

tengo lo q tu kieres dijo...

joder, no conocía a este tal Angles. Si algun dia me lo cruzo por la calle no le dire lo q tengo, o mejor dicho, lo q no tengo en la entrepierna, tu ya me entiendes,,,q soy atransexual!!
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