martes, 24 de abril de 2007

ASESINOS DE PELÍCULA

Poco se podría imaginar Alfred Hitchcock al estrenar Psicosis que el rocambolesco final de la historia, inspirado en la triste y macabra historia real del psicópata norteamericano Ed Gein, iba a destapar una caja de pandora de la que cuarenta años más tarde seguirían saliendo asesinos perturbados. Si en la primera mitad del siglo XX los monstruos de origen literario como Drácula y Frankenstein reinaron en el cine de terror, la segunda mitad les pertenece a los serial killers. El psicópata aparece en la gran pantalla en Psicosis como asesino sexualmente enfermo que mata a sus objetos de deseo, generalmente mujeres. En los años 70, su abanico de posibilidades se abre y elige como víctimas a los jóvenes de ambos sexos, que son a la vez los destinatarios preferentes de estas películas. En la década siguiente se da un giro con la vuelta a los valores conservadores y la importancia que vuelve a cobrar la vida familiar en la sociedad norteamericana de los 80. Es entonces cuando irrumpen psicóticos cuya intención es la de perturbar confortables hogares. En los años 90, con muchos de los títulos antiguos convertidos ya en clásicos o en películas de culto, hay una auténtica explosión del tópico del serial killer: tanto del asesino de móvil sexual, como del que se propone destruir las familias o el que mata adolescentes. El interés es tal que surge un cuarto grupo de películas que, a diferencia de las otras, apenas se ocupan de las víctimas y analizan más al propio asesino. A continuación hemos hecho una selección de películas que representan los motivos que llevan a una persona aparentemente normal a convertirse en un serial killer.
1. EL PSICÓPATA Y EL SEXO
La película por excelencia es Psicosis de Alfred Hitchcock, 1960. Es el film creador del género en el que un asesino mata por motivos sexuales. La cinta nos conduce a una misteriosa asesina demente que habita en una vieja mansión donde los que entran no vuelven a salir vivos. Al final la tal asesina resulta ser la segunda personalidad que se ha creado el esquizofrénico Norman Bates para reprimir sus impulsos sexuales.
Catherine Tramell (Sharon Stone) en Instinto Básico(Basic Instinct, Paul Verhoeven, 1992)·A diferencia de Norman Bates, Catherine Tramell no asesina por miedo al sexo sino todo lo contrario, porque sólo convirtiéndose en una mantis religiosa humana puede redondear el placer del orgasmo. La asociación de juerga, sexo, drogas, dominación femenina y muerte es tan reaccionaria como cinematográficamente jugosa.
2.EL PSICÓPATA Y LOS JÓVENES
La Matanza de Texas(The Texas Chainsaw Massacre, Tobe Hooper, 1974)De nuevo un grupo de inocentes jóvenes más o menos hippies caen en manos de un clan familiar psicópata, esta vez salido de las catacumbas rurales del estado de Texas, bastión casi oficial de los sectores sociales más cavernícolas de los USA. En esta ocasión, el gore estuvo inspirado por la casa de los horrores real de Ed Gein.
Michael Myers en la Noche de Halloweende John Carpenter, 1978.·De forma inteligente y brillante, Carpenter llevó a cabo la transición del subgénero del psycho-killer desde el underground y las sesiones de madrugada hasta el cine comercial, rebajando el contenido gore por un estilo más conservador que echa mano de referencias como el cuento del hombre del saco.
3.EL PSICÓPATA Y LA FAMILIA
Max Cady en El Cabo del Miedo (Cape Fear, Martin Scorsese, 1991)·En El Cabo del Terror (1962), Max Cady acosaba a un bondadoso abogado y a su familia ideal. En el remake de Scorsese, el psicópata es la encarnación de los esqueletos escondidos en el armario del abogado.
Peyton Flanders (Rebecca de Mornay) en La Mano que mece la Cuna, Curtis Hanson, 1992.La niñera psicópata fue todo un guiño a la liberación de la mujer. Caló en el público hasta el punto de convertir a una pequeña producción en uno de los acontecimientos del año y generar incontables imitaciones cinematográficas.
4. EL PSICÓPATA A SECAS
Henry en Henry, Retrato de un Asesino de John McNaughton,1990.Retrata las sangrientas y tristes peripecias de un personaje que mata de forma casi compulsiva, sin motivo y sin encontrar ningún placer en ello.


Hannibal Lecter (Anthony Hopkins) en El Silencio de los Corderos,1991.
Mientras casi todos los psicópatas anteriores eran enfermos sexuales, disminuidos psíquicos, o tarados de uno u otro tipo, el doctor Lecter fascinó por ser un hombre inteligente, culto, y por lo tanto el más amoral de los asesinos de celuloide vistos hasta la fecha. Fue todo un impacto en su día el discurso perverso con el que Lecter se burlaba de los principios éticos de la agente Clarice Starling, así como la simbiosis a la que el asesino llegaba con ella y también con el espectador.

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