miércoles, 25 de abril de 2007

EL ASESINO COMUNISTA

Andrei Romanovich Chikatilo es posiblemente el peor asesino en serie de la Unión Soviética. Su actividad criminal lo llevó a realizar al menos 53 asesinatos. Fue conocido como el Hannibal Lecter Soviético o como el "carnicero de Rostov". Vivía una doble vida, por un lado hombre casado trabajador y miembro de la sociedad comunista del momento, y por otro su lado oscuro dotado de gran habilidad para ganarse la confianza de los niños y disfrutar con impunidad de sus horrendos crímenes.
Hombre con problemas sexuales, impotente, vivió en
Rostov, una ciudad a unas 800 km de Moscú, donde atrajo principalmente a sus víctimas. Actuaba principalmente en estaciones de ferrocarril y de autobuses. Tenía propensión al destripamiento, la mutilación, el canibalismo y el sadismo. Después de doce años de actuar impunemente, finalmente fue descubierto en 1992. Los investigadores daban por hecho que Chikatilo era miembro del partido, y como dato anecdótico hay que señalar que la investigación llevada a cabo sirvió para purgar de homsexuales conocidos de la sociedad, como una forma de limpiar la moral soviética.
Muchos culpan a la incompetencia de las autoridades soviéticas por negarse a admitir la existencia de un asesino en serie en la comunidad socialista, lo cual propició su reino del terror durante más de 10 años. En una ocasión estuvo detenido y al comparar su sangre con el semen encontrado en una víctima al no emparejar quedó en libertad (puede darse esa posibilidad). Otra vez libre continuó con sus crímenes. Sin embargo los investigadores tenían la certeza de que él era la persona a la que buscaban, y al detectarlo en otra ocasión al salir de un bosque cerca de una estación confirmaron sus sospechas. El comentaría más tarde: "Yo soy un error de la naturaleza, una bestia enfadada".
Chikatilo mató por primera vez cuando tenía 42 años. Abordó en la calle a una niña de nueve años de edad y la convenció para que se fuera con él a una cabaña que poseía en las afueras de la ciudad. Sabía como hablar a los niños, él mismo había sido maestro y tenía a sus dos hijos. Una vez allí la desvistió con violencia. Accidentalmente, le hizo un rasguño del que brotó sangre, hecho que le propició una erección inmediata, estableciendo el vínculo fatal entre sangre y sexo. Luego, sacó un cuchillo y se lo clavó a la niña en el estómago. Con cada puñalada notaba que se acercaba más al orgasmo, por lo que no cesó de hacerlo hasta la eyaculación. Chikatilo había intentado satisfacer su necesidad sexual movido por la esperanza de llegar a ser igual que los demás, pero no lo era.
Su flacidez y las burlas de las mujeres que se lo recordaban a cada momento, era más de lo que podía soportar. También se dio cuenta de que su placer no consistía en acariciar los genitales ajenos, sino en maltratarlos.
Dos días después de este crimen la policía encontró los restos de la niña en el río Grushovka, y cerca de la cabaña de Chikatilo una gran mancha de sangre. Los policías interrogaron al hombre, pero acabaron inculpando a otro agresor sexual, Alexander Kravchenko. Chikatilo era, por las paradojas que marcaban sus actos, más dual que nunca.
Era el típico marido sumiso y asexual. Hacía todo lo que su mujer le ordenaba o casi todo. Ella solía desear los placeres del lecho con más frecuencia que él, y eso les llevaba a frecuentes discusiones, a que ella le recordase en todo momento lo taciturno e inerte que era. La acusación de haber molestado sexualmente a sus estudiantes le costó el trabajo, pero consiguió uno nuevo en una fábrica en el que tenía que estar viajando constantemente. Este constante movimiento le ayudaba a escoger sus nuevas víctimas.
El 3 de septiembre de 1981 mató a su segunda víctima, llamada Larisa Tkachenko, prostituta de 17 años de edad. La convenció de ir con él al bosque para tener relaciones sexuales, pero falló en el intento por lo que ella se río de él, esto lo enfureció, perdió el control, estranguló a la mujer y eyaculó sobre el cadáver, mordisqueo su garganta, le corto los senos y en su frenesí se comió los pezones. Luego, comenzó a lanzar aullidos mientras bailaSu tercera víctima fue Lyuba Biryuk, fue raptada de una villa y fue acuchillada 40 veces en el bosque. Le mutiló los ojos y esto se volvería algo común en sus asesinatos, la firma mortal de Chikatilo.
Chikatilo asesinó a otras tres personas ese año, y entre ellas se encontraba su primera víctima masculina, Oleg Podzhivaev de 9 años de edad. El cuerpo no se encontró pero Chikatilo afirmó ser el responsable y que le había arrancado los genitales.
El fiscal general de la provincia de Rostov emitiría una orden de detención contra Chikatilo, efectiva a partir del 20 de noviembre de 1990. Ese mismo día fue retenido por la KGB, mientras éste con paso lento y senil decía "¿Cómo pueden hacerle esto a una persona de mi edad?". En los interrogatorios, afirmó que simplemente era un ciudadano normal, que no había cometido ningún tipo de delito, y que era objeto de una persecución absurda por parte de la policía.
Los psiquiatras del Instituto Serbsky, no obstante, lo veían como un sádico prudente que no sufría ningún trastorno que pudiera impedirle que sus actos estaban mal, que eran actos premeditados. Por esa razón, en octurbre de 1991, dieron a conocer sus conclusiones, diagnosticando que el asesino estaba "legalmente cuerdo". El juicio de Andrei Chikatilo se inició en abril de 1992 duraría hasta octubre de ese mismo año. Éste, con la cabeza rasurada, presenció su juicio desde un cubículo de metal. El primer día deleitó a los fotógrafos esgrimiendo una revista porno, pero más tarde, abatido, se quitó la ropa y meneó el pene gritando: "Fijaos que inutilidad, ¿Qué os pensáis que iba a hacer con esto?"

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